Quien nos conoce sabe que los bululús no somos de esconder nada y que si algo nos define a la perfección es nuestra forma de ser cercana y natural. No nos sentimos cómodos con las relaciones distantes, ni entre nosotros ni con nuestros clientes.
Huimos de lo artificial, porque simplemente no nos define. Pero hoy el mundo parece que busca lo contrario: postureo, filtros, auto tunes, pienso una cosa pero hago la otra, inteligencia artificial, voy hacia donde me lleve el algoritmo…. Y eso no es lo natural.
Ahora más que nunca: debemos ayudar a las marcas a mostrarse como SON.
Porque… ¿Qué será de ellas el día que un algoritmo o lo que sea que venga, decida cuál es el mejor producto? Entonces solo les quedarán sus valores, su forma de ser y de relacionarse con los suyos. Al fin y al cabo, las marcas son cosa de humanos.